jueves, 20 de febrero de 2014

Saga: Bautismo de fuego de los irlandeses.

Ayer fue el estreno en batalla de la banda de los irlandeses, siendo también su estreno en la liga madrileña de Saga organizada en LaArmada. La batalla se jugó en el local del club Séptimo Grado contra una banda de normandos de "AyA", que fue un gran anfitrión. Gracias a él y el resto de miembros del club que en esos momentos estaban allí fue mucho más fácil aprender la mecánica del juego.

La banda irlandesa estaba formada por el señor de la guerra, un campeón, una unidad de guardia personal a pie y otra a caballo, una de guerreros, una de perros y levas.

La banda normanda estaba formada por el señor de la guerra a caballo, tres unidades a caballo de guardia personal, una de guerreros a caballo y una de ballesteros a pie.


El escenario que tocó jugar fue El Desafío, donde los señores de la guerra de ambos bandos se situaban en el centro del terreno y la victoria la conseguí el que eliminase al señor de la guerra contrario o hubiera infligido más heridas al término de 7 turnos (en este escenario los señores de la guerra tienen 12 heridas). Las tiradas para sacar accidentes geográficos no fueron muy afortunadas para el irlandés, ya que al final salió un terreno totalmente despejado, ideal para la caballería normanda.


El bando normando inició el turno, otorgando por cortesía 3 dados de Saga al irlandés, pero poco pudo hacer con ellos, ya que casi sin darse cuenta se encontraba ya trabado en combate con el señor de la guerra normando y una unidad de caballería de la guardia personal normanda y otra a continuación para seguir con las cargas.


Para cuando terminó el primer turno normando, el señor de la guerra irlandés se encontró con que ya llevaba 8 heridas en su cuerpo. Mal pintaban las cosas. En el turno irlandés se intentó devolver los golpes, llevando junto a su señor de la guerra el campeón primeramente para hacer un ataque lado a lado contra el señor normando, y después una carga de la caballería de la guardia personal irlandesa, mientras los guerreros se acercaban a su señor para intentar protegerlo.

Tras el turno irlandés, la verdad que no parecía haber cambiado mucho las cosas, el señor normando solo había recibido una herida aunque una de las unidades de la guardia personal si había quedado mermada. Lo que sí pasó, que a la postre tendría bastante importancia, es que el señor normando tenía acumulada bastante fatiga.


En el siguiente turno normando las caballerías de la guardia personal y de guerreros se lanzaron como pantalla para proteger a su señor y hacer el máximo de bajas posibles a las unidades irlandesas. El campeón irlandés cayó en esos ataques, siendo la primera unidad en desaparecer del juego. La caballería irlandesa también quedó bastante mermada a la mitad, solo dos miniaturas.


El irlandés en su siguiente turno se lanzó prácticamente a la desesperada, a intentar echar esas unidades normandas que ocultaban a su señor, ya que la partida la tenía muy cuesta arriba, y aunque lo cierto es que no pintaba la cosa nada bien para el irlandés, tuvo bastante fortuna en los dados, tanto en su turno como en el posterior turno normando. Los ataques de las guardias personales, tanto a pie como a caballo, los perros y los guerreros, hicieron que toda la caballería normanda que se encontraba junto a su señor fueran cayendo, agravando los problemas de fatiga que ya tenía el señor normando.


Los ballesteros normandos intentaron socorrer a su señor, diezmando tanto a la unidad de guerreros como la de perros, pero a costa de también perder bajas en los combates o sacrificándose por su señor cuando este era atacado. La última unidad de caballería normanda intentó hacer también el mismo papel, pero el normando siguió con su mala fortuna tanto en dados de combate como en dados de Saga, lo cual hizo que sus posibilidades fueran cada vez disminuyendo y su señor empezó a sufrir nuevas heridas.


Al llegar al séptimo y último turno, la situación era bastante épica, ambos señores de la guerra con 8 heridas, el normando sin ninguna unidad que le acompañara y el irlandés ya sólo conservaba muy diezmadas las unidades de guardia personal, y las de guerreros y perros, y las levas, pero que parecían estar a lo suyo, ajenas a la batalla. Tras terminar de eliminar la caballería irlandesa, el señor normando se lanzó con su última acción contra el señor irlandés. Ambos con 8 heridas pero nuevamente la fortuna no le sonrió en los dados y finalmente el señor irlandés, con los restos de su guardia personal, lanzó el ataque final que acabó con el señor normando.


Más allá del resultado final, fue una partida apasionante, por la incertidumbre del posible desenlace, primeramente muy favorable al normando, luego al irlandés y terminando en casi un cara o cruz.. Realmente en circunstancias normales el irlandés no creo que hubiera durado ni la mitad de los turnos. Sólo gracias a la fortuna en los dados, tanto en sus tiradas como en los dados Saga del normando que no tuvo suerte con ellos, como en los consejos que recibió el irlandés de "carpetano" y "tioculebras", ambos también participantes de la Liga Saga de LaArmada y miembros también de Séptimo Grado, pudo el irlandés salir victorioso en la batalla, como se suele decir, la suerte del novato.

Con esta primera batalla, mis impresiones con Saga han sido altamente positivas, no por el resultado de la misma, sino que me pareció un reglamento ágil, divertido, sangriento, y conté con un gran rival que me ayudó a irme  familiarizando con este reglamento. Agradecer tanto su cordialidad como la del resto de miembros de Séptimo Grado.






2 comentarios:

  1. Hay que probarlo cuanto antes en el club

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  2. Muy buena, Sergio. Ganando en la primera partida aunque a duras penas con esos irlandeses. Los Normandos se lo pensarán dos veces antes de volver a las costas de la isla verde.

    Gabriel.

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