sábado, 1 de octubre de 2011

MMP

Warriors of God.
Primeras Impresiones

El jueves se ha convertido en una especie de refugio para los papeleros del club. De hecho, se ha establecido una “parroquia” mas o menos fija, lo cual es una alegria para aquellos que el plomo lo miramos desde cierta distancia, el señor Presidente y un servidor hemos tenido a bien comenzar una partida del Warriors of God, juego basado en los conflictos entre ingleses y franceses que tuvieron lugar durante la Edad Media. Si bien la partida aun no esta concluida, si que se puede esbozar ya las impresiones que el juego deja en el paladar.

Componentes.

Warriors of God es un juego de la editorial americana MMP, famosa entre otros por el archiconocido ASL, y que de un tiempo hacia aquí esta publicando unos juegos a nivel de componentes de una calidad por encima de la media. Este no es una excepción afortunadamente. Un tablero, que representa el mapa de Francia e Inglaterra divididas en zonas, realmente bonito. Unas fichas grandes, bien ilustradas y claras hacen que el juego “entre por los ojos” rápidamente. Pocos peros se le pueden poner en este aspecto, tal vez (aunque es una mania personal) criticar que el tablero sea de papel y haga necesario usar un metacrilato para evitar el “oleaje” en las fichas.

El juego en si.

Tampoco me extenderé aquí sobre como es el funcionamiento de cada una de las fases que componen el turno de juego, ni en la explicación pormenorizada de lo que es un ronda de batalla. Baste con decir que los turnos se componen de una secuencia fija de fases, que se repiten uno tras otro hasta que se llegue al ultimo turno del escenario o uno de los dos contrincantes llegue al numero de puntos de victoria necesarios (30) para que se produzca una victoria automática. ¿Cómo se obtienen esos Puntos de Victoria? Tan sencillo como clásico, controlando territorios del tablero y eliminando en noble lid a lideres del contrario en el campo de batalla. Se trata de un juego de una dificultad bastante asequible. Las fases del turno son bastante sencillas, lo que hace que en apenas un turno el juego vaya bastante ágil y los jugadores lo tengan bastante dominado.


Las batallas tampoco tienen una dificultad mas allá de la que tiene el juego en si, simplemente diré que estas se resuelven mediante tiradas de dados teniendo en cuenta la cantidad de tropas que haya en liza y el factor de combate del comandante al mando. Hay muuuuchas tiradas de dados, con lo que los “manicerdos” lo van a pasar muy mal (estamos todos pensando en los mismos, si). Pese a la sencillez, o por ella nunca se sabe, se trata de un juego tremendamente divertido que se hace muy dinámico. Realmente si no es la primera vez  que se juega, es un juego de esos que se acaban en una sentada, ideal para tardes sueltas de transición.

Es un juego donde las estrategias a largo plazo no valen. Representa periodos de guerra muy largos en cualquiera de sus dos escenarios (Guerra de los 100 años o El León en Invierno), por lo que los lideres se van perdiendo por el paso de los años. El Señor (me refiero al que representan los Pantocrator, no el feudal) puede llamar en cualquier momento a su lado a cualquier líder y hacer en un momento lo que el acero no fue capaz. Hay lideres que pueden cambiar de filiación en momentos del juego, en definitiva que todo esto hace que la planificación sea caótica. ¡¡Pero que Demonios!! Estamos en la Edad Media.

La partida aun no ha terminado y no quisiera aun dar un veredicto definitivo, pero lo cierto es que lo hasta ahora jugado me ha dejado muy buen sabor de boca. Por ahora el señor Presidente al mando de le “Perfida Albion” cuenta con una leve ventaja, pero estoy seguro que los valientes chevalliers franceses sabrán comportarse como se les supone en el campo de batalla. Arrojo el guante ahora sobre mi contrincante para que sea el quien, una vez terminada la partida, haga el análisis definitivo y de sus impresiones. Mientras tanto seguiré esperando a Juana de Arco...

1D1ego.

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